domingo, 12 de junio de 2016

El Capitalismo Social...Bienvenido ¡¡

Se hace patente en nuestros días el estrepitoso fracaso del capitalismo como sistema económico predominante. A nivel económico, la crisis actual es la mejor muestra de los profundos problemas que había ocultos en su estructura, y a nivel humano, dos tercios de la humanidad se mueren de hambre mientras el otro tercio consume y derrocha a niveles vergonzosos.
El capitalismo se centra en la búsqueda de un aumento continuo del beneficio, pero hay un punto que se deja atrás: el hombre. El capitalismo considera y valora a la persona en base a su capacidad de producir y de consumir, y se olvida del valor intrínseco de toda persona más allá de lo que posea o pueda generar. Se ha olvidado de que el hombre no es un ser monodimensional, cuyo único fin sea el dinero.


En estos momentos de crisis y de cambio global surgen propuestas de cambio, ya que las crisis históricamente son el mejor momento para actuar, para buscar una alternativa. Una de esas ideas que han surgido es el capitalismo social: la nueva forma de capitalismo que se centra en cubrir las necesidades más acuciantes de la raza humana.
Actualmente las empresas se centran en maximizar beneficios a toda costa, y por otro lado se invierten cientos de miles de millones de dólares al año en ayuda humanitaria que es tan efectiva como una tirita para un enfermo que necesita una intervención quirúrjica urgente.
Quiero dejar claro que no estoy en contra de la beneficiencia y la ayuda humanitaria (creo que son algo necesario para cubrir las necesidades inmediatas), pero este tipo de ayudas no suponen un cambio en el modelo global actual, un cambio de paradigma, que es precisamente lo que necesitamos, sino la aceptación de las cosas tal y como son, sin una búsqueda de solución a largo plazo.
Enfocado a ese cambio de mentalidad aparece el capitalismo social, un nuevo enfoque del mundo empresarial donde el ser humano está al centro del sistema: donde el dinero está al servicio del hombre, no el hombre al servicio del dinero.
Las empresas sociales son proyectos empresariales económicamente sostenibles que son creadas para resolver o aliviar un problema social, sin tener como objetivo maximizar los beneficios, sino maximizar el impacto social.
Este nuevo tipo de empresas cambia la caridad por justicia, reduce las diferencias sociales, mejora la calidad de vida de toda la sociedad y no sólo de unos pocos… y lo mejor de todo esto es que no es una teoría utópica e impracticable, sino que ya hay universidades enseñando al respecto, muchos proyectos empresariales poniendo en práctica estas directrices, toda una avalancha de emprendedores que globalmente se plantean cuestiones como “¿Cómo puedo poner mis capacidades emprendedoras y mis aptitudes profesionales al servicio de la humanidad?“.
Un de los retos de las empresas sociales es que deben ofrecer sus productos o servicios a precios asequibles para los más pobres, conseguir cubrir con los gastos de la empresa y todo el beneficio adicional obtenido, en lugar de repartirlo entre los socios e inversores y directivos, debe ser siempre reinvertido en el crecimiento y mejora de la propia empresa, de forma que el beneficiario final sea siempre la comunidad.
¿Significa esto que un empresario no puede vivir de su proyecto empresarial? En absoluto, un salario por el trabajo realizado es de justicia, pero un salario justo no es precisamente lo que tienen muchos empresarios hoy en día.
¿Y qué hay de los inversores? Las inversiones que se hagan en este tipo de empresas no podrán generara beneficios (dividendos o intereses), tan sólo podrán devolver el dinero invertido una vez la empresa haya salido adelante. La cuestión es clara: si piensas lucrarte, tu inversión no cabe en una empresa social. Si tu objetivo es poner tu dinero al servicio de un bien social, éste será siempre bienvenido y servirá para poner en marcha proyectos que no se medirán por su ROI o su rentabilidad, sino por su impacto social: por el bien social causado.
Pero ¿entrará en conflicto con el sistema capitalista actual? No. Un capitalismo social teniendo lugar en paralelo al capitalismo actual no lo destruye, sino que lo perfecciona, lo complementa (aunque ojalá en el futuro lo sustituya) porque se centra en la mejora de las condiciones de vida de personas que están fuera del mercado de consumo actual. Cuando estas personas tengan educación, sanidad, acceso a préstamos bancarios, trabajo y el resto de condiciones básicas de lo que conocemos como “clase media”, pasarán a formar parte del mercado global y habremos destruido la pobreza, doblado o triplicado el mercado potencial para cualquier empresa del mundo, ya que todos estarán en condiciones de acceder a los bienes que hoy son inalcanzables para esos dos tercios de la humanidad que luchan por llevarse algo de comida a la boca.
El ideólogo de todo esto es Mohammad Yunus (y lo explica en su libro “Building Social Business“, cuya lectura recomiendo encarecidamente) y él mismo ha puesto en marcha una serie de empresas sociales dentro de su iniciativa empresarial del Grameen Bank.
Yo por mi parte tengo dos proyectos entre manos de los que espero poder hablar pronto y que son el caldo de cultivo perfecto para poner todas estas maravillosas ideas en práctica
¿Y tú?¿Qué harás para cambiar el mañana?
Un saludo,
Juan Fernández
Francisco Martin : te felicito y te doy la enhorabuena por compartir este post. Gracias

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